Twitter, en el punto de mira de las «celebrities» británicas

El ciberespacio, la prensa, las celebridades, la justicia y el Parlamento están en guerra en el Reino Unido por el derecho a la privacidad y la libertad de expresión. Y el conflicto ha cruzado fronteras ahora que la Alta Corte de Justicia de Londres solicitó a Twitter que revele quién está detrás de una cuenta anónima que está publicando nombres de famosos —futbolistas, actores, presentadores— protegidos por una orden judicial. La orden en cuestión, conocida como «injunction», impide a los medios ingleses informar sobre la vida privada de ciertos personajes que han hecho valer su derecho a la intimidad. Los tabloides vienen presionando para que se levante esta prohibición argumentando que viola otro derecho, el de la libertad de expresión. El gobierno estaba estudiando su petición cuando a mediados de mes irrumpió un nuevo actor: las redes sociales.

Y es que la revelación de escándalos a través de Twitter está causando pánico entre las celebridades de ese país. Jemina Khan, ex de Hugh Grant, es una de las figuras involucradas en la «filtración» de cotilleos por la red pese a contar con una «injunction». La heredera usó su propia cuenta de Twitter para aclarar que las fotos de su supuesta relación con un conocido presentador eran pura fantasía. Por su parte, Andrew Marr, un respetado periodista de la BBC, admitió que cuenta con una «injunction» para impedir que se divulgue un romance extramatrimonial. Mientras que la presentadora deportiva Gabby Logan tuvo que desmentir un virulento rumor de Twitter: su «affaire» con el ex futbolista de la selección inglesa Alan Shearer. El jueves, la Cámara de los Lores dio un paso más. Invocando el «interés público», Lord Stonnegham reveló que Fred Goodwin, ex director del Royal Bank of Scotland, también cuenta con una orden para frenar un escándalo de alcoba.

Solo 24 horas después, la Alta Corte de Justicia dio una nueva vuelta de tuerca al exigir a Twitter que informe la identidad detrás de una cuenta que reveló el romance extramatrimonial de un futbolista con una estrella del Gran Hermano británico. El caso solo podrá prosperar si la justicia consigue la cooperación de la empresa americana, algo más que improbable.